martes, 7 de octubre de 2008

¡Detengan al mundo que me quiero bajar!

Caminaba de noche por una calle oscura y desconocida, hacia frío y la calle se encontraba abandonada, no sabia a donde iba, solo caminaba, mientras caminaba miraba mis pies como se movían coordinadamente, sin darme cuenta llegué hasta unos juegos mecánicos, de esos que van de comuna en comuna, ya habían cerrado, estaba rodeada por unas rejas de alambres, seguí caminando al rededor, y encontré un orificio por el cual podía entrar...no habían ni si quiera guardias, me atreví a entrar y camine entre aquellos aparatos en mal estado, luego empecé a recordar cuando era pequeña y me traían a estos juegos me sorprendió que algo tan insignificante como subirme a un juego me hicieran tan feliz, olvidaba todo lío en mi pequeña cabecita, con un dulce y un juguete se arreglaba todo...pero cuando me acuerdo de esa época me siento muy distinta a la mayoría de los niños, me preocupaban cosas que ni siquiera entendía, sentí odio, sentí rabia, sentí pena, sentí desilusión...pero todo lo guarde en mi cajita...esa cajita que atesoro tanto, por el tiempo esta atrofiada y desgastada pero aún puedo guardar cosas, siempre me acompaña y las cosas que guardé ahí también no se si quiero vaciarla aún y tampoco me atrevo a abrirla para ver que cosas guarde ahí por algo las guarde en mi cajita y no en mi mente, cuando salí de mi trance y volví a la tierra me di cuenta que estaba parada frente a un carrusel recuerdo que me gustaba mucho y ahora que lo veo no me causa gran emoción en ese momento sucedió algo inexplicable el carrusel se encendió, miré a mi alrededor para ver si había alguien pero me encontré con los juegos mecánicos y nada mas, decidí subirme a uno de los caballos del carrusel de repente empezó a andar , extrañamente no sentí miedo, me acomodé de modo que quede recostada mirando al techo, veía como giraba el carrusel, me sentí agobiada y comencé a llorar, en mi vida no han sucedido grandes cosas...pero no han parado de suceder...una tras otra